martes, 19 de febrero de 2013

El pollo- perro es una criatura...

que se aparece de vez en cuando por aquellos rumbos donde la noche sin luna de veras es oscura. No es que a él no le guste la luz pero dicen que se dedica a observar las estrellas y busca sitios así. Viaja, no se queda en un solo sitio. Aprende de todo lo que ve y lo que escucha. Aprende de todo lo que siente y tiene una habilidad especial para aprender de lo que otros oyen, ven, viven y sienten. Eso le da la capacidad de no tener que experimentar todas las cosas feas... pero algunas simplemente le dan curiosidad. Ha vivido muchos años por que es un ser sumamente precavido y a veces hasta perezoso. Les digo que puede saber cuando algo simplemente no es conveniente sólo con escuchar a alguien hablar de su experiencia. El precio de eso es tener mucha paciencia para escuchar a todos. Él la tiene. Hay noches en que no es sólo un ser paciente y solitario. Hay veces que sale cuando la noche está demasiado iluminada, desesperado e impaciente por que las estrellas no se ven con claridad, busca conocimiento más cerca, aunque sea lejos de las estrellas. Busca personas que no aprecian lo que saben -dicen-, las asecha, les extrae sus pensamientos y los deja así...sin ansiedad, sin meta, sin sabiduría de recuerdos... un poco lentos para pensar y rápidos para actuar. De donde yo vengo muchos parecen haber sido asechados por el Sabio pollo-perro.

Todos los que han estado con él no lo recuerdan pero hay alguno que ha podido ver mientras el sabio pollo-perro extrae de otros su sabiduría. Las noches sin estrellas son un peligro para la gente sabia.

Esa es la única explicación de cómo alguien puede pensar más lento de lo que actua u olvidar su experienia y cometer una y otra vez el mismo error. Eso es lo que se dice.

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